Trastornos de la Conducta Alimentaria – TCA

Cuando la comida se utiliza para afrontar emociones y situaciones que no se dominan

Dra. Belén Unzeta, Psiquiatra

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son enfermedades mentales graves que se relacionan con una conducta alterada respecto a los hábitos alimentarios, lo que se traduce en comportamientos que van desde comer de manera descontrolada hasta la falta de ingesta de comida.

Los trastornos de la conducta alimentaria no son sólo signo de problemas con la comida, sino que son, primordialmente, los síntomas de la forma en que algunas personas (cada vez más numerosas) afrontan la vida. La comida se utiliza para sentir cierto control ante la sensación de descontrol hacia situaciones y emociones que no domina.

¿Cuáles son los TCA más conocidos?

  • Anorexia nerviosa restrictiva: la pérdida de peso se realiza a través de una restricción de su dieta. No se utilizan métodos purgativos y no tienen, al menos durante mucho tiempo, episodios de descontrol. Esta restricción se complementa, en la mayoría, por la realización de ejercicio excesivo y por una hiperactividad en las tareas que efectúan.
  • Anorexia purgativa: además de hacer dietas y/o ejercicio excesivo, utilizan métodos purgativos para eliminar la comida ingerida. La purgación puede darse después de una cantidad mínima de comida, de cualquier ingesta, o después de un atracón. Aproximadamente la mitad de las/los anoréxicas/os presentan atracones en algún momento de la evolución del trastorno. Los vómitos de la/el paciente anoréxica/o se inician por dos razones principales: el miedo a la gordura y la culpa por haber cedido a su hambre. La purgación les apacigua la ansiedad producida por comer esa mínima cantidad de comida, cuyos posibles efectos en el cuerpo, su pensamiento distorsiona; y a la vez purgan la culpa de ceder a la tentación y haber comido más de lo que se habían programado.
  • Bulimia Nerviosa: se inicia de una manera parecida a la anorexia nerviosa, reduciendo la cantidad de comida ingerida o eliminando determinados alimentos de la dieta habitual, pero en lugar de continuar con un ayuno mantenido, las/los pacientes comienzan a darse atracones y presentan conductas purgativas o compensatorias. Algunos estudios han señalado que cinco de cada cien mujeres padecerían bulimia nerviosa en los países occidentales, y ya hay numerosos varones que presentan atracones a consecuencia de la manipulación de su alimentación para obtener, supuestamente, estar en forma. El reconocimiento de las personas con bulimia nerviosa no se puede fundamentar en el peso como sucede con las que padecen anorexia ya que su peso puede estar incrementado, reducido o ser el adecuado respecto del idóneo para su edad, talla y sexo. Lo que sí es frecuente es la aparición de fluctuaciones rápidas en el peso como resultado de los hábitos alimentarios caóticos que, al comienzo, pasan desapercibidos. Como norma general puede decirse que la comida realizada por el/la paciente delante de otros suele ser normal e incluso abundante, aunque algunos días ayune o realice una dieta muy restrictiva.
  • Un atracón es objetivo cuando la cantidad de alimento ingerida es mucho mayor de la habitual y se come en un período de tiempo breve para esa cuantía de comida. Acompañando al atracón tiene que aparecer un sentimiento de pérdida de control sobre el comportamiento alimentario. Un atracón es subjetivo cuando la sensación de falta de control está asociada a una cantidad de comida poco cuantiosa o, en ocasiones, extremadamente pequeña.
  • El trastorno por atracón se caracteriza por episodios de ingesta compulsiva de forma recurrente. En cada episodio, el individuo ingiere una cantidad de comida muy superior a la que la mayoría de la población comería en el mismo tiempo y después experimenta un sentimiento de culpa. No se debe a la sensación de hambre, sino a situaciones de ansiedad, malestar e inestabilidad emocional, produciéndose más frecuentemente en las horas vespertinas (tarde-noche)
    A diferencia de quienes padecen bulimia, los afectados por trastorno por atracón no hacen nada para compensar esa sobre ingesta (ni inducción del vómito, ni purgantes, ni ejercicio intenso).
  • Trastorno de Conducta Alimentaria No Especificado (TCANE): Cuando se dan varias características patológicas, pero no están todas, se dice que la persona tiene un síndrome parcial, identificado como trastorno de la conducta alimentaria no especificado (TCANE). Las situaciones más frecuentes son:
    • Pacientes que cumplen todos los criterios de anorexia nerviosa pero no han perdido la menstruación.
    • Pacientes que cumplen todos los criterios de anorexia nerviosa pero su pérdida de peso está dentro del rango normal.
    • Pacientes que tienen atracones o se purgan menos de dos veces por semana, no cumpliendo los requisitos de frecuencia impuestos para diagnosticar bulimia nerviosa.
    • Pacientes que se purgan después de ingerir pequeñas cantidades de comida y su pérdida de peso no llega al 15% necesario para ser calificados como anoréxicos.
    • Pacientes que escupen o tiran la comida sin tragarla, para evitar la ingesta de calorías. En ocasiones, estos cuadros incompletos no son tales, sino una etapa inicial del trastorno en la que aún no ha terminado de expresarse toda la patología. Este puede ser el caso de los pacientes muy jóvenes, resultando conveniente estar alerta a la evolución de los síntomas y no minusvalorar la importancia de conductas alteradas primerizas. Otras veces, el cuadro parece incompleto porque el paciente ha mejorado en algunos aspectos, pero, como en el caso anterior, no se debe desestimar la gravedad de lo que queda por recuperar

¿Quién padece TCA?

Cada año, varios cientos de personas en nuestro país, no sólo chicas jóvenes, sino también mujeres y varones de distintas edades -desde la prepubertad (9-11 años) hasta la edad madura (50 años o más), deciden hacer dietas, y restringen su alimentación de forma deliberada para perder peso. Buscan salud, belleza, «clase», éxito social y/o laboral, autoestima, etc. Afortunadamente, no todas ellas desarrollan un trastorno alimentario, bien porque desisten de hacer dieta, bien porque aprenden a comer adecuadamente (sin restricciones o carencias nutricionales). Un grupo cada vez más numeroso continúa en el empeño de controlar su comida hasta alterar los mecanismos de autorregulación alimentaria, y terminan por desarrollar alguno de los siguientes trastornos: anorexia o bulimia nerviosa, atracones, sobrepeso, obsesión por la comida sana, etc.

Si tienes alguna duda puedes contactar con nosotros. 

Fuente: Trastornos de la conducta alimentaria: cómo actuar desde la familia. Claves para prevenir y tratar trastornos alimentarios como la anorexia y la bulimia desde la familia. Autores: Rosa Calvo Sagardoy, Rodrigo Puente, Pilar Vilariño. Consejería de Politicas Sociales y Familia. Deposito Legal: M-33.279-2008. http://www.madrid.org/bvirtual/BVCM007184.pdf

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