Numerosas
investigaciones han determinado que la longitud de los telómeros está
directamente vinculada al envejecimiento. Así, por ejemplo, un perro vive,
aproximadamente, 12 años, un flamenco 40, una persona 90 y un caballo 25, pero
¿qué determina la longevidad de cada especie? La respuesta está en los
telómeros y la velocidad a la que se acortan.
Los
telómeros son los extremos de nuestros cromosomas y su velocidad de
acortamiento predice la longevidad de las distintas especies. A medida que
nuestras células se dividen para multiplicarse y para regenerar los tejidos y
órganos de nuestro cuerpo, se va reduciendo la longitud de los telómeros, y esto
provoca el envejecimiento.
La
buena noticia es que podemos intervenir directamente sobre la longitud de los
telómeros. Una de las mejores formas de cuidarlos es a través de la dieta
mediterránea. El consumo de verdura fresca, frutas, aceite de oliva, frutos
secos, pescados, legumbres o queso podría retrasar nuestro envejecimiento.
Numerosos estudios demuestran la incidencia de la dieta mediterránea sobre
nuestra salud cardiovascular.
Asimismo,
las algas, muy presentes en la dieta japonesa, también tienen efectos muy
positivos sobre nuestros telómeros.
Se
ha demostrado que en zonas del mundo donde se sigue una dieta mediterránea y se
consumen algas se dan las personas más longevas. Y es que las personas
centenarias tienen una velocidad de acortamiento de los telómeros más lenta.
Por
otro lado, el ejercicio y la meditación nos van a ayudar a ser más longevos y a
mantener a nuestros telómeros en buen estado de salud. Al fin y al cabo, la
genética es importante, pero nuestro estilo de vida va a determinar en gran
medida la longitud de nuestros telómeros.
Pero
¿qué acorta los telómeros?
La
privación del sueño es uno de los factores. Dormir menos de siete u ocho horas
diarias acorta la longitud de los telómeros, así como el tabaco, el alcohol, el
sedentarismo y el consumo habitual de refrescos azucarados.
También
nuestro estado de ánimo influye en la longitud de nuestros telómeros: el estrés
crónico y los pensamientos negativos son enemigos de la longevidad.
La
telomerasa
Los
telómeros se pueden alargar con terapias que activen la telomerasa. La telomerasa es
una enzima cuya única función es conferir vida adicional a las células y que
se ha asociado a terapias antienvejecimiento e, incluso, anticáncer.
En España, el Centro
Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), consiguió en 2008 alargar la
vida de ratones tratados con telomerasa hasta un 40%.
La cuestión es si, en un futuro, llegaremos a dominar la telomerasa para alargar indefinidamente la vida de nuestras células. Lo que sí está claro es que la medicina tiene un futuro cada vez más integral y personalizado, que se dirigirá a prevenir y retrasar todas las enfermedades y, con ellas, alargar nuestra vida y vivir más tiempo.