El doctor Francisco Mera recomienda prudencia ante la retirada de la mascarilla

El Doctor Francisco Mera experto en Covid persistente recomienda prudencia ante la retirada de la obligatoriedad de la mascarilla en el transporte público.

Dr. Francisco Mera. Experto en Long Covid y síndromes post virales. 

Coincidiendo con la retirada de las mascarillas del transporte público a partir del 7 de febrero, el doctor Francisco Mera, director de la unidad de Long Covid en Blue Healthcare, recomienda prudencia ante la retirada de obligatoriedad del uso de mascarilla en el transporte público.

El doctor Francisco Mera, experto en el diagnóstico y tratamiento de síndromes post virales, considera que «llevar una mascarilla puede incomodarnos unas horas de avión de tren o unos pocos minutos de metro o de bus urbano, pero ¿qué precio tiene la salud y el bienestar?».

«Hoy en día conocemos la existencia de las repercusiones en la salud que tiene ser infectado por el SARS COV2. Existen evidencias del daño de las reinfecciones frente a SARS COV2, aumentando el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas, cardiovasculares, aumento de mortalidad general, inmunomediadas entre otras», recuerda el doctor Francisco Mera.

A su juicio, «tenemos un grave problema de salud pública de la COVID persistente».

Hay más de 17 millones de personas en Europa afectadas por la COVID persistente, cualquiera de nosotros podríamos ser uno más, es una enfermedad dura que imposibilita al paciente y que roba parte de su vida. Es muy fácil llegar a ser COVID persistente, un minuto y medio de trayecto de metro, pero su recuperación, por desgracia, puede llegar a ser de meses o incluso años según el caso.»

La COVID Persistente es el síndrome que afecta a personas que fueron infectadas por el SARS CoV2 y que 3 meses después continúan con síntomas invalidantes para las actividades de la vida diaria, así como para la vida laboral de muchas de ellas.

Hay que tener en cuenta que la transmisión del virus se produce por aerosoles y por espacios cerrados, y la falta de distancia favorece el contagio del virus.

«Debemos ser conscientes de que nada de ello ha cambiado hoy, no disponemos aun de vacunas esterilizantes con lo cual el riesgo de infectarse existe y por lo tanto aunque seamos casos leves,  el riesgo de padecer COVID persistente existe en la población, recordemos joven y sana, y que las reinfecciones, aunque sea de forma leve, debilitan nuestro sistema inmune y  podría iniciar el desarrollo de otras patologías», añade Mera.

El doctor agrega que «muchos de estos pacientes pasaron la fase aguda sin problemas graves y no necesitaron hospitalización, incluso, en algunos de ellos los síntomas pueden aparecer meses después de la infección. Deterioro cognitivo, fatiga post esfuerzo, astenia, falta de aire, cefalea, dolor y hasta más de 200 síntomas y, además, incluso afecta a niños y adolescentes».

A la unidad de Long COVID de Blue Healthcare «siguen llegando niños afectados por estos síntomas que les afectan directamente a su rendimiento académico, algunos incluso llevan más de 2 años sin poder acudir a la escuela o instituto, hacer actividad deportiva, con el consiguiente impacto en etapas claves de la vida de una persona».

También se ha detectado una relación directa en la productividad laboral debido a las consecuencias de la COVID persistente.  Así como una problemática en bajas laborales de larga duración y procesos de incapacidad laboral.

El doctor Francisco Mera explica que «la infección por SARS COV produciría una senescencia, envejecimiento de nuestro sistema inmune, que persistiría muchos meses tras la infección inicial haciéndonos más vulnerables a otras infecciones y a producirse reactivaciones de virus latentes que estuvieran en nuestro cuerpo, de manera significativa Citomegalovirus, Epstein Barr, varicela zoster, entre otros, así como de bacterias intracelulares como la Borrelia.»

Induciendo «todo ello aún más a la inflamación del organismo y produciendo una disfunción inmunometabólica que afectaría a nuestras mitocondrias, responsables de producir la energía necesaria para nuestro cuerpo, así como una función de anti-oxidación y antienvejecimiento primordial», según Mera.

Esta situación conllevaría no sólo a tener síntomas de COVID persistente sino al aumento exponencial de patologías asociadas a la inflamación y de manera prematura en población hasta entonces joven y sana.

Por todo ello, el doctor Francisco Mera insta a invertir en la calidad del aire de los recintos cerrados con purificadores HEPA y en nuevas tecnologías que disminuyan el riesgo de infectarse no solo de SARS CoV2 sino de otros patógenos y tóxicos en el aire.

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