Las «corazonadas» o neuronas del corazón

Hoy queremos hablarte sobre las «corazonadas» o neuronas del corazón.

A menudo guiamos nuestras decisiones a través de nuestras sensaciones , sin tener una explicación lógica, pero sabiendo que es el camino correcto. Pero, estas sensaciones irracionales, ¿tienen alguna explicación científica?

Claro que la tienen. Cuando decimos que hemos tomando una decisión con el corazón y no con la cabeza, no se trata simplemente de una forma de expresarnos, sino que realmente hemos elegido con las neuronas que habitan en el corazón. Y es que, nuestro corazón alberga un total de 40.000 neuronas, las mismas que en un solo milímetro cúbico de cerebro. Y aunque, en proporción parecen una cantidad residual, se trata de las responsables de esas decisiones que tomamos por intuición. 

Desde hace unos años, la ciencia ha descubierto que el corazón envía información neuronal al cerebro, y lo hace a través de diferentes estrategias biológicas de comunicación. Las neuronas del corazón tienen memoria, aprenden, perciben y recuerdan, por lo que las decisiones que «tomamos con el corazón» no son tan locas como creemos. Las “sensaciones” originadas en el corazón llevan a nuestra conciencia a respuestas mejores y además más rápidas en situaciones de emergencia que los pensamientos elaborados en los centros de poder de la gran metrópoli del cerebro.

Rudolf Steiner –filósofo, escritor, pedagogo– no sabía nada de las neuronas del corazón y, en cambio, definía este órgano como un centro sensitivo, perceptivo e inteligente.

Hoy, desde la racionalidad de la ciencia, sabemos que el corazón envía más señales al cerebro de las que recibe de este. Lo hace a través de cuatro estrategias biológicas de comunicación entre los cerebros cardíaco y craneal:

  1. Mecanismo bioquímico. A través del cual un pequeño péptido de 28 aminoácidos, denominado péptido natriurético atrial (ANP), factor natriurético atrial (ANF), hormona natriurética atrial (ANH), o atriopeptina, se sintetiza en el músculo cardiaco y es el modulador de la homeostasis.
  2. Mecanismo neurológico. Desde esa parte neuronal del corazón se pueden inhibir neurológicamente centros receptores en el cerebro craneal. 
  3. Mecanismo biofísico. Los cambios en el ritmo cardiaco modulan la comunicación mediante ondas de presión enviadas al resto del cuerpo.
  4. Mecanismo electromagnético. Según el estado emocional, el corazón genera un campo electromecánico cinco mil veces más potente que el del cerebro. Este mecanismo se utiliza el ocasiones como un mecanismo de defensa hacia un peligro potencial. Es más armónico en estados de satisfacción, pensamiento positivo, confianza y tranquilidad, y en cambio es más irregular o caótico en estados de alerta (temor, frustración, peligro).

Pero, ¿cómo ponemos de acuerdo al cerebro y al corazón?

El ritmo cardiaco y las ondas cerebrales pueden sincronizarse de modo que sea “el corazón quien arrastre a la cabeza”. ¿Cómo? Con la inducción del pensamiento positivo. Si se armonizan a través de emociones y pensamientos positivos, podríamos modular un estado de conciencia inteligente que encajaría en la definición del concepto “amor” desde una perspectiva no tan emocional sino más neurocientífica. La erradicación de sentimientos negativos como el miedo, la desconfianza o la ira sería teóricamente posible desde algo tan elemental como la sincronización del ritmo cardiaco con las ondas cerebrales.

La fusión entre estados de coherencia biológica creados por el cerebro del corazón podría llevarnos a un estado de inteligencia superior activado a través de emociones positivas. Quizá este es un nuevo hito evolutivo en la historia de la humanidad.

Fuentes: https://www.20minutos.es/ y

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