Durante el verano podemos engordar entre dos y tres kilos, especialmente en vacaciones. Las tentaciones, con más tiempo libre y más horas fuera de casa, se multiplican. El verano suele ser sinónimo de excesos en el picoteo, bebidas calóricas, frituras y cambio de horarios de las comidas, entre otros cambios de hábito. Todo esto muchas veces provoca modificaciones en el peso y retención de líquidos, haciéndonos ganar peso con mayor facilidad.
Lo cierto es que la alimentación es un tema clave en cualquier época del año, pero toma especial relevancia en el verano, ya que el cuerpo, debido al calor, necesita más hidratación y cambios en la ingesta de alimentos. En el periodo estival debemos prestar especial atención, con el fin de favorecer los procesos digestivos y metabólicos, no engordar y así mantener el peso ideal.
Además, en este periodo del año, al llevar ropa más ligera, el cuerpo queda más expuesto; el sentirnos bien con nuestra figura favorece el equilibrio físico y emocional, ambos necesarios para nuestra salud.
Para evitar llegar al final del verano con unos kilos de más y con baja energía te ofrecemos algunos consejos para cuidar la alimentación desde el inicio:
1. Mantener una buena hidratación. Es necesario vigilar la ingesta diaria de agua ya que, con las altas temperaturas, aumenta la sudoración y la actividad al aire libre. Debes saber que beber agua unos treinta minutos antes de cada comida nos ayuda a tener una sensación de saciedad y, por tanto, a reducir el aporte calórica en un 10-30%. Por otro lado, las verduras y frutas son los alimentos que más agua aportan -junto a nutrientes, como vitaminas y minerales-, de forma que, alimentos como la sandía o el melón pueden aportar hasta una cuarta parte del agua que necesita nuestro organismo; por ello, su consumo en verano es muy recomendable.
2. Eliminar las bebidas calóricas. Debes evitar a toda costa los refrescos azucarados, ya que son bebidas que no aportan nutrientes para el organismo y son ricas en calorías vacías. Además, el azúcar desencadena la liberación de una hormona, la insulina, que afecta al aumento de peso. Muchas bebidas azucaradas producen distensión abdominal y pesadez tras las ingestas.
3. Aumentar la ingesta de pescado frente a la carne, moderando el consumo de carne roja. Se aconseja tomar pescado azul (sardina, caballa, atún, bonito y salmón, entre otros.)
4. Realizar tres ingestas de alimentos importantes al día. Un buen desayuno, después de 8 horas mínimo de descanso, una comida importante y una cena ligera. Los ayunos intermitentes, dirigidos por un médico o nutricionista en pacientes que tienen dificultad para bajar de peso y en deportistas, son muy recomendables.
5. Técnicas de cocción sencillas. Te recomiendo utilizar técnicas tales como la plancha, el vapor o el grill; evitar los empanados, rebozados, fritos y guisos que elevan las calorías innecesariamente.
6. Consumir fibra y antioxidantes naturales. Las verduras y frutas son una buena fuente de fibra y ayudan a regular el ritmo intestinal.
7. Se recomienda reducir los alimentos ricos en azúcar,como fruta en almíbar, mermeladas, productos de pastelería y bollería. Los edulcorantes con aspartame y ciclamato son tóxicos para el organismo. En su lugar, puedes usar la stevia o miel natural como endulzantes.
Escrito por Itzíar Álamo: experta en Nutrición en Blue Healthcare.
Más información en:
https://www.bluehealthcare.es/area-longevity/unidad-dietetica-nutricion/Compartir
Y en: https://www.bluehealthcare.es/programa/blue-online-nutricion/
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.